lunes, 10 de febrero de 2014

LA MARCHA

Betty se ha marchado. Ha vuelto a su hogar, a vivir una vida paralela a la nuestra, pero lejos de nosotros. Otro amor que marcha y un nuevo dolor. Una nueva y dolorosa despedida. ¡Maldito destino que juega en contra de nuestros deseos! Que mantiene separada a la gente que se quiere y se echa de menos; que nos obliga a aceptar y resignarnos a las circunstancias.
Es algo que sé, debemos superar, pero no se supera nunca; si acaso, se malvive con la aceptación y la crueldad del destino. Ahora, un nuevo ser, se acercó a nuestras vidas, le amamos y también vuela, dejando tras de sí, las raíces del cariño que surgió en su compañía.

Sólo nos queda, me queda, seguir adelante; viviendo, de algún modo, aturdida por otras historias, otros asuntos, otras cosas que mantengan mi mente y mi corazón alejados del dolor de la separación insoslayable. Libros, donde sumergirme; películas, para que pase el tiempo más rápido, amigas con las que compartir el dolor de la ausencia y darnos consuelo mutuamente, por nuestros problemas, más o menos comunes.

Nunca imaginé, a pesar de todas mis previsiones, de todo mi cuidado en no caer en las mismas cosas que otras han caído antes, que la vida nos tendría reservada esta jugarreta; nunca pasó por mi mente que algo así nos pasaría; que un avión, sería el medio para poder vernos, de vez en cuando. Nunca me preparé para esto y, precisamente, esto es lo que ha pasado. Cuantos libros de aprendizaje, cuanto interés y cuidado he puesto en procurar la felicidad de mis hijas, pero, ingénua de mí, nunca conté con mis propios sentimientos, porque eso no me preocupaba. No creí que algún día aparecerían para recordarme que yo también soy un ser humano vulnerable a la separación fortuita y al dolor que ello me produciría.
No lo tuve en cuenta. Como decía mi padre, "La cuerda se parte por lo más endeble". Efectivamente, así ha sido. Por donde nunca imaginé que se rompería.

Mi ilusión de tener una familia unida, presente, los unos para los otros en momentos difíciles, se ha esfumado. Por mucho que quiera creer y engañarme a mí misma, pensando que, hoy día, hay medios de transporte suficientes y tecnología de sobra, para verse cuando se quiera, no es esto lo que siento realmente. La realidad es que no estamos juntos; que no hay un café para compartir, un momento para reir o llorar unidos. No lo hay, porque el destino, tremendo traidor, así lo ha decidido.

Isabel

2 comentarios:

  1. Hay mi querida amiga, cuanta razon tienen tus palabras. Mucha fuerza y paciencia que tarde o temprano de seguro tus hijas estaran mas cerca. Un gran beso y un gran abrazo. Te quiero mucho!!!!

    ResponderEliminar
  2. BESOS ISA. SIEMPRE, COMO YA HEMOS COMENTADO, AUNQUE PENSEMOS QUE ESTAMOS PREPARADOS, LLEGADO EL MOMENTO DE DESPEDIDAS, SURGE EN NOSOTROS LOS SENTIMIENTOS Y EL DOLOR DE LAS PERDIDAS. SE FUERTE, LO ERES, PRECISAMENTE PORQUE SALES ADELANTE Y TE LEVANTAS DE CADA CAÍDA CUANDO CREES NO PODER HACERLO. UN FUERTE ABRAZO MI AMIGA <3 <3

    ResponderEliminar

Deja un comentario