Mostrando entradas con la etiqueta Dios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dios. Mostrar todas las entradas

jueves, 15 de marzo de 2018

A Pablo, mi nieto, mi amor.

Querido Pablo, mi pequeño y gran amor.

Cuando un bebé nace, se dice que su mamá ha dado a luz. Puedo ver y sentir que tú eres la luz. La luz que, a partir de tu llegada, iluminas las vidas de todos los que te amamos; la nueva luz que Dios envió a esta Tierra, para que pudiéramos ser conscientes de la maravilla de su Creación. En ti, se unen las cosas más bellas de ese milagro de amor, que es el nacimiento de un nuevo ser: pureza, ternura, inocencia...todo esto y mucho más.
Con tu presencia, nos enseñas que la vida merece ser vivida, solo por tener el privilegio de asistir a la tuya, como espectadores extasiados, ante tanta belleza y perfección.

 El tiempo, vuela a tu lado y se detiene en tu mirada, tu sonrisa, y tus gestos. El tiempo, se ha parado ante tí, porque tu nos situas en el presente, que nos suspende a tu lado, sin que pasen las horas, siguiendo cada una de tus evoluciones, como ser humano y divino a la vez. Sí, divino, porque la Vida, tu vida, manifestada a través de tí y en tí, ha sido obra de la Divinidad.
Te quiero, Pablo, mi niño, mi amor. Es algo inefable lo que siento y por eso, mis palabras se quedan pobres y vacías, para poder expresarlo.

Un manantial de vida, como agua nueva, ha llegado a nuestras vidas; una suave brisa, se ha llevado las hojas secas para dejar paso a la Primavera; una nueva luz, ilumina nuestro sendero, lleno ahora de flores.

Tu abuela,
Isabel.






lunes, 19 de octubre de 2015

Hoy, decido...

Hoy decido... 

volver a vivir;
incorporarme a la corriente de la vida, a mi manera.

Enfrentar el miedo a la soledad. Quererme, cuidarme y disfrutar.

Hoy, quiero volver a ser yo.

Me tengo a mi misma: mi mente, mis brazos, mis piernas..mis arrestos para enfrentar el futuro y mi voluntad.

Hoy, no voy a mendigar amor, ni comprensión, ni entendimiento, ni empatía; porque todo esto, ya lo tengo y está en mi interior.

Hoy, vivo y dejo vivir; porque hice lo correcto, lo imposible, lo increíble. Porque me di entera, cuando me necesitaron y porque puedo descansar en paz, por ello.

Hoy, no reniego del dolor, como parte de la vida, pero no lo grabaré a fuego, en mi corazón.

Hoy, asumo mi propia vida: mi libertad, mis deseos, mi libre albedrío para elegir lo que quiero y necesito.
A la vez, desvinculo mi propio bienestar del ajeno. 
Porque todos pueden elegir sus propias vidas, como yo elijo la mía.

Hoy, por fin, me siento fuerte para decidir.

Hoy, puedo decir todo esto, nacido de mi propio ser, porque Alguien me ha ayudado a ver.

Hoy, llegó por fin, el alivio a mi dolor, que tantas veces pedí.

Hoy, puedo afirmar con seguridad, que la luz para hacer esta declaración de intenciones, procede del mismo lugar: DIOS.

Isabel*





jueves, 20 de agosto de 2015

En tus manos

Ahora, más que nunca, he puesto mi vida en manos del Padre. Esto es lo mejor que ha podido pasarme, lo mejor. Nadie como un padre, para amarte y querer lo mejor para ti. Y, si ese padre, es el Padre de mi "Jefe", más aún, porque lo puede todo y de El, todo depende.

Puede, a la vez que me ama, administrar mi vida, hacer planes para mí y, en definitiva, darme todo lo que necesito para vivir. He sentido, en los momentos más amargos, la necesidad de "consagrar" mi vida a El, sentarme en sus rodillas y, milagrosamente, esos momentos de lágrimas y desconsuelo, se han transmutado en sentimientos de bienestar, ligereza, armonía y amor, más grandes, si cabe, que cualquier otro sentimiento. El está en mi, porque yo sigo confíando en El y Su paz es mi paz.

domingo, 21 de junio de 2015

EL LEGADO

No sé cómo empezar, esta carta póstuma, para decirte todo lo que se me quedó atrapado en el último momento. Te fuiste sin despedirte, no sé cúando ni en qué momento. Sólo sé que ya no estabas...Nada me lo avisó, porque te fuiste en silencio, poco a poco, alejándote despacio para no hacer ruído...

Me has dejado un legado: la consciencia del Amor; la sabiduría de que sólo el Amor vale la pena y todo lo demás no es patrimonio del ser humano, porque está vacío, sin Alma, y nos hace estar ciegos.

Hace mucho que no eras tú; que ya no me entendías, porque quizá la banalidad de mis palabras no eran importantes para tí. Nunca has sido mente, sino corazón, vitalidad, fuerza e impulso. Fuiste una gran mujer, una gran persona, con una misión difícil en esta vida. Toda una heroína, que ahora me abandona para correr a los brazos de Dios. El Único que de verdad te ha amado siempre y te aliviará ahora de tanto sufrimiento.

Perdóname, mamá, por no heber estado a tu altura. Por ser débil en innumerables ocasiones, (bien lo sabías tú, que decías que nada me resbalaba y hasta que no servía para la vida, porque ésta era muy dura). Perdóname, MAMÁ. Que palabra tan grande y tan hermosa, la cual ya no podré pronunciar ante tí, nunca más en esta vida.

No intento retenerte, porque sé que tu felicidad ahora, está con El, al que tanto amo y al que siempre te dije que regresarías para poder amar y ser amada, como tú mereces, volar libre como tú querías, y estar junto a los seres queridos que te precedieron en este víaje.

Sólo quiero que, desde donde estés, sepas cúanto te he querido toda mi vida, cúanto te he necesitado y te sigo necesitando y queriendo. Por siempre, hasta que nos volvamos a ver.

Tú fuiste el pilar más fuerte e importante de mi vida, siempre firme, al que me agarraba en medio de cada tempestad. Luego, el pilar para ti, pasé a ser yo. No fue fácil, sino duro y difícil. Un pilar, al fin y al cabo, hecho de barro que en cualquier momento, podía deshacerse bajo la lluvia. Pero....no ha sido así. He estado contigo, en lo bueno y en lo malo, no con la fuerza con que tú lo estuvistes conmigo, pues tu corazón era tan inmenso, que la razón no tenía cabida en él. Desafiaba cualquier tipo de inconveniente, obstáculo o enfermedad, para siempre ganar la partida.

Siento no haber llegado a tu talla, como tú lo merecías. Sólo puedo decirte, con todo el dolor de mi corazón, que llegué hasta donde me permitieron mis propios límites; llegué, muchas veces, a sobrepasarlos. Muchísimas veces. Lo sabrás ahora, que eres todo luz y conocimiento. Aquí, nunca pudiste darte cuenta del todo, de mi amor, mi empatía, mi lucha y mi pena. Nunca, porque tampoco los límites que imponen los años, te lo permitieron.

Sólo me queda la esperanza y tambien la confíanza, de que ahora podrás saber, al fin, toda mi verdad. Toda. Cúanto te quise, cúanto te respeté, cúanto luché y las veces que casi enfermé de impotencia, ante tu enfermedad y mi desesperacion.

Ahora, te has ido. Creo que lo tenías ya pensado, asumido, planificado. Te has ido antes del verano, para que yo pueda descansar como tú querías, y porque tú, ya no querías nada más de esta tierra.

Sólo, como dice mi querido Juanjo, querías ser "Al fin libre".

Tu hija, Isabel

viernes, 25 de abril de 2014

PRESENTACIÓN Y FIRMA DEL LIBRO "ESTOY BIEN", DE JUAN JOSÉ BENÍTEZ, EN CÁDIZ

Fue un momento tan sumamente importante en mi vida actual, que no fui capaz de asimilarlo en toda su intensidad. Le dije: "Hola, le sigo desde su primer libro, pero no he traído ninguna pregunta preparada para hacerle. Si hubiera sido un local más grande, y con más oportunidades, sólo hubiera levantado mi mano para decirle, ¡GRACIAS!, por acercarme mucho más, de lo que ya lo estaba, al verdadero Jesús de Nazaret".
 Tb le dije que mi "contrato", estaba siendo muy duro, pero no me quedaba otra que aceptarlo. El me dijo, "¿Qué te ha parecido el libro?" Le dije: Maravilloso. Yo, no he tenido ninguna de estas experiencias con fallecidos, pero sí, en sueños, mi padre me dijo: "Estoy bien", como reza el título de su libro. El me firmó y luego le pedí la foto y dos besos, y en esas, le deseé mucha salud y años, para seguir publicando todo lo que sabe. Me contestó que no le importaban los años, que eso daba igual. Ya dijo en la presentación, que la muerte sólo es un sueño para despertar en otra realidad, tan maravillosa, que no puede caber en la mente del ser humano, ni ahora ni aunque pasen milenios, porque nuestra realidad humana es tan limitada, que es como querer meter toda el agua del mar en una concha. Se me han quedado preguntas sin hacer, ahora que este evento ha pasado pero, si Dios me da vida y a él tb, se las haré.

Este ha sido el mejor regalo del destino, desde hace mucho tiempo.

Isabel