Como un junco, mecido por el viento,
arraigada aguanté, sequías y torrentes,
desafié a los rayos y tormentas,
rozándome tan solo, sin torcerme.
Ningúna adversidad, logró vencerme,
sin detenerme, nunca, en mi camino,
aceptando, lo que mi Alma me indicaba,
aunque ello supusiera un desafío.
arraigada aguanté, sequías y torrentes,
desafié a los rayos y tormentas,
rozándome tan solo, sin torcerme.
Ningúna adversidad, logró vencerme,
sin detenerme, nunca, en mi camino,
aceptando, lo que mi Alma me indicaba,
aunque ello supusiera un desafío.